7 de abril de 2011

Darwin lo cambió todo

Los barruntes de Darwin iniciaron una nueva era: la era de la evolución y el naturalismo. 

Charles Darwin, uno de mis héroes.

Un buen día (el 27 de diciembre de 1831) emprendió un viaje que cambiaría su vida y de paso la forma de vernos a nosotros mismos para siempre. El Charles Darwin que partió a bordo del Beagle, era un hombre religioso que incluso llegó a plantearse el ordenarse clérigo anglicano. Casi cinco años después, arribó a Falmouth con una semilla en la cabeza de la que no lograría liberarse jamás. Una semilla que fue cultivando con estudios y le llevó, casi con toda seguridad, a una terrible lucha interna dónde se debatían sus barruntes acerca de las conclusiones de los datos recogidos y sus creencias religiosas (y las de su mujer, por cierto).

Después de aquello, nada volvió a ser como antes. Ni para él, ni para nosotros. El tsunami que provocó en la conciencia global todavía está llegando a nuestras mentes y la mayoría de la población ni lo sabemos. En mi modesta opinión deberíamos de contar los años desde el 1859, año en que finalmente dio el tan temido (o largamente reflexionado) paso de publicar su libro "El origen de las especies", azuzado por la perspicacia de Alfred Russel Wallace, que había alcanzado las mismas conclusiones con sus propios barruntes.

Ejemplar de la primera edición de "The origin of species"


Su revolucionaria teoría (aunque otros ya hablaban de evolución, como Lamarck), la conocemos de sobra, aunque superficialmente. Todos la hemos estudiado en el instituto (al menos en España todavía se estudia), pero para variar, o no nos transmitieron su vital importancia, o si lo hicieron, creo que conmigo no lo lograron. Darwin nos enseñó que todo está relacionado. Todos venimos del mismo sitio (y no estoy hablando del mono, como tanto les gusta simplificar a los creacionistas), todos los seres vivos estamos de alguna manera emparentados y, si vamos un poco más allá, cuanto más conocemos más evidente se hace (al menos para mi), que todo en este mundo está conectado.

Cada vez que mediante la ciencia, cada vez que descubrimos algo decía, se trata de una nueva pieza del puzzle que tanto nos intriga y poco a poco vemos como piezas que en principio no tenían mucho que ver (el naturalismo, la geología, la climatología...), si interrelacionan e influyen de una forma determinante en lo que actualmente conocemos. Esta pieza en concreto (la evolución de las especies), para mí fue de vital importancia y me dispongo a exponerlo en mis primeras entradas de este blog.


Aquí es dónde solía barruntar el gran Darwin

Pero intentaré ir por orden para tratar de que estas ideas que se agolpan en mi pequeña conciencia puedan ser medianamente inteligibles y debidamente discutidas o rebatidas: Cuando comencé en Psicología (hace solo unos meses), la primera asignatura que estudié (todavía estoy en ello), fue Psicobiología, que vienen a ser fundamentos de Biología. Tras un amplio capítulo introductorio, la asignatura entra en detalle en cuestiones como los genes (nuestro amigo Mendell y los guisantes de su huerto), el ADN, la evolución de las especies, estrategias reproductivas, genética de poblaciones... Cuando leí los títulos de los temas, me parecía bien, como formación y cultura, pero no le daba mucha importancia. La cosa cambió cuando entré en harina. Yo no lograba entender por qué motivo, yo que quería estudiar la mente humana (¿qué será eso de la mente humana?), tenía que empaparme de tales conocimientos con aquel detalle y profundidad.


Como no quería decepcionar a mi hijo (tiene seis años y siempre le digo que tiene que estudiar), no podía suspender mi primera asignatura. Así que con resignación me dediqué a tratar de comprender aquella ingente cantidad de información, sin encontrar mucha relación, más allá de la simple formación. Pero poco a poco, en el resto de asignaturas aparecía con persistencia un nombre: Charles Darwin. Un avance, supuestamente en Historia Natural, afectó profundamente en la Psicología.

Este soy yo estudiando Biología el primer semestre
Mi conclusión (a modo de introducción para posteriores artículos) se podría resumir en que si procedemos de la evolución y no somos más que una nueva especie con un cerebro más evolucionado, muchas de nuestras características serán compartidas por el resto de seres vivos, y de esta forma los descubrimientos en el estudio de animales nos aportan información útil para la ciencias humanas. Si evolucionamos por selección natural, no por necesidades como afirmaba Lamark, no depende de nosotros la evolución, sino del ambiente, con lo cual la geología cobra vital importancia para comprender el por qué de la aparición de diferentes especies en diferentes islas y continentes. Si existen estas modificaciones, la genética nos explica como aparecen, como funciona la herencia entre generaciones y como se producen las mutaciones que generan nuevos espécimenes mejor adaptados a nuevas condiciones de vida (como las glaciaciones), lo que me lleva a la importancia de la Paleogeografía, la Paleoclimatología, y mucho más...

Para ser respondida la manoseada pregunta: ¿De dónde venimos?, Darwin nos da una de las clave maestras para responderlas. A partir de ahí comenzamos a entender el enorme proceso del que formamos parte y en el que ahora mismo estamos en una situación privilegiada, pues hemos encontrado muchas piezas... Pronto tendremos que aprovechar este conocimiento, para plantearnos la dos siguientes preguntas: ¿Dónde estamos? y ¿A dónde queremos ir?

Nos queda mucho muchísimo, pero sí que es cierto que cada vez disponemos de más medios (la tecnología = adaptación evolutiva del hombre). Antes de terminar y como semilla o dato para próximos barruntes quiero dejar una cita del historiador de la ciencia, Derek J. de Solla Price, en su libro "Little Science, Big Science" [Ciencia Pequeña, Ciencia Grande]:
"[..]usando cualquier definición razonable de científico, podemos decir que del 80 al 90 por ciento de todos los científicos que han vivido están vivos ahora. Alternativamente, cualquier joven científico, comenzando ahora y mirando al final de su carrera desde un período de vida normal, encontrará que del 80 al 90 por ciento de todo el trabajo científico logrado al final del período ha tenido lugar delante de sus propios ojos y que sólo de 10 a 20 por ciento se anticipa a su experiencia". 
Creo que esta reflexión es evidente y no es necesario que aporte datos de, por ejemplo, el número de publicaciones exclusivamente científicas que existen en la actualidad... Lo que me llama más la atención de este párrafo, además de incidir en el el crecimiento geométrico del conocimiento es que fue escrita en el año 1963.

Avance del conocimiento a lo largo de la historia

1 comentario:

  1. Respecto a la biografía de Darwin hay un par de podcasts interesantes:

    "http://podcast-irreductible.blogspot.com/search/label/016 - CHARLES DARWIN"

    "http://podcast-irreductible.blogspot.com/search/label/017 - EL VIAJE DEL BEAGLE"

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