2 de abril de 2011

¿Por qué "barruntes"?

Barruntar:  (Del lat. promptare, descubrir)  tr. Prever, conjeturar o presentir por alguna señal o indicio.

No se me ocurre un nombre mejor para definir lo que este blog pretende ser, sobre todo la acepción de conjeturar o presentir por indicios. Además de contribuir un poco a mantener viva esta palabra, pues al parecer, ha sido catalogada como palabra en peligro de extinción.

Lo de "presentir por indicios" me recuerda enormemente a Platón, con quien coincido en muchas ideas (en otras no, claro), y que probablemente con seguridad irá apareciendo en posteriores entradas. En el archiconocido mito de la caverna nos dice que solamente podemos ver (o intuir) una sombra (o indicio) de la verdadera realidad, y esta exactamente es la impresión que tengo en ciertos momentos en que algo (puede ser una imagen, o una pregunta de mi hijo Iago, una noticia...), pulsa una especie de interruptor en alguna parte de mi y ahí comienza todo. En un instante todo un torrente de especulaciones se agolpan en mi cabeza para ser pensadas...

Esta podría ser mi cabeza...
Imagen: Kate D. MacDowell


Últimamente he notado que paso más tiempo del habitual barruntando, especulando o rumiando docenas de pensamientos que revolotean por mi mente. Siempre me ha pasado en mayor o menor medida, pero estos últimos meses comienza a ser casi agotador. Podría parecerse, me barrunto yo, a ser esquizofrénico paranoide (si hay algún psicólogo en la sala que me corrija). Estas ideas me sobrevienen en cualquier momento (como ya he explicado), pero sobre todo cuando leo cosas que me interesan, y de pronto me sorprendo continuamente perdiendo el hilo de lo que estoy leyendo. Durante un tiempo vagan por mi cerebro y se suelen quedar a vivir en mi conciencia hasta que normalmente se iban apagando poco a poco y llegaban a desaparecer (aunque terminan despertando y regresando, casi siempre los mismos).

Esto ya no pasa, cada vez tengo más moscas revoloteando a mi alrededor y no terminan de irse o desaparecer. El motivo de que este fenómeno se halla agravado,  me barrunto yo, es posible que se deba a que he empezado a estudiar Psicología en la UNED, y claro tanto leer me está volviendo loco. (Si se me permite el chiste fácil). Aunque también lo he estado pensado y bien podría ser al revés: que me haya decidido a matricularme precisamente porque todos mis barruntes me llevaban a estos temas.

Al principio dudaba entre Filosofía y Psicología, siendo un gran profano en ambos campos, aunque siempre me habían atraído. Pero finalmente por un aspecto más práctico (reconozco que tiene más posibilidades de darme de comer), me decidí por la última y cual fue mi sorpresa al descubrir la íntima relación entre ambas ciencias (si ciencias), lo cierto es que la psicología podría definirse como una evolución natural de la filosofía. De hecho, muchos psicólogos han cursado primero estudios de Filosofía y luego se han pasado a la psicología, y viceversa. Para aquellos que (como yo), tengan en mente que el psicólogo es aquel señor o señora que te escucha muy atentamente (o no tanto), y luego te cobra antes de irte.. He de decirles que eso tan solo es una mínima parte de esta ciencia que me está apasionando. Quien lo dude que vaya a la web de Redes (de TVE) y vean a que se dedican los psicólogos.

Pero volviendo al tema del enjambre de pensamientos revoloteando alrededor de mi maltrecho cerebro... He empezado a escribir todos estos barruntes, a modo de "exorcismo intelectual", con la esperanza de lograr ordenarlos un poco y verlos desde fuera. Ya de paso compartirlos con quien pueda tener los mismos intereses e inquietudes que yo y me los discutan cuanto puedan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario