16 de agosto de 2013

De dietas, apetitos y elecciones.

"(...) sigo viendo cosas que no existen, aunque elijo no admitirlas, como una dieta mental, elijo no satisfacer ciertos apetitos, como mi apetito por buscar patrones, como mi apetito por imaginar y soñar."
De la película "Una mente maravillosa".

Una mente maravillosa relata la vida de John Nash, un matemático con esquizofrenia.

Existen ciertas dietas de las que no se habla y en las que apenas pensamos. Hace un tiempo, unas semanas, me impuse una dieta de este tipo, una dieta mental, centrada en mis apetitos desmedidos hacia cierto tipo de pensamientos en los que no quería caer, por considerarlos improductivos, o más bien, precursores de estados de ánimo no deseados por mi.

Estos pensamientos que quiero evitar son las "quejas improductivas". Recientemente he descubierto que por algún motivo, congénito o adquirido, poseo una inclinación voraz hacia este tipo de pensamientos que realmente no solucionan nada, si acaso, complican las cosas añadiendo catecolaminas innecesarias para según que situaciones. 

Subjetivamente creo que mi dieta está funcionando. Al menos, ahora me hago consciente de este tipo de pensamientos, primer paso para controlarlos, y puedo analizar en el momento en que mi apetito se desata, lo improductivos e innecesarios que son. No siempre, pero sí en un porcentaje muy alto, desde luego más de la mitad de las ocasiones.

Gracias a esta consciencia, esta observación de mi mente, he podido comprobar que es mi responsabilidad avivarlos o controlarlos. Que no dependen de la situación o de agentes externos. He visto que puedo sustituirlos por otros pensamientos más constructivos del tipo, "deja de quejarte y busca una solución". Es posible que no la encuentre o que ni siquiera exista, pero en esos casos, "hurgar" en la herida tampoco suele ayudar.

Hace poco, cuando ya había empezado esta dieta mental, me encontré en la televisión la película mencionada (que recomiendo encarecidamente), y esta frase me ha parecido una excelente forma de explicar este tipo de dietas que todos deberíamos de conocer y tratar de seguir si queremos tener una mente saludable, o al menos, una que se parezca más a cómo queremos ser. No digo que todo el mundo siga mi dieta. Es mía y muy personal. Digo que creo que es recomendable dedicar un poco más de tiempo a examinar nuestras mentes y conocerlas mejor. El cuerpo es importante, pero la mente es la gran olvidada, tal vez, porque no solemos enseñarla y pensamos que la ocultamos mejor que nuestros "michelines". Es posible que sea cierto, que logremos ocultarla con más o menos éxito a la mayoría de las personas, pero me temo que es más difícil ocultársela a uno mismo, aunque queramos pensar que si.

Quizás también te interesé:
Obesidad mórbida cerebral.
¿Educar o adiestrar?
Nuevos tiempos, nuevas revoluciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario